La viuda se quiere casar.
¡Desdichado del que muere,
"si no iba a buen lugar!"
La Música buena y honrada
enviudó por desconcierto,
que el buen gusto yaze muerto
y quedó desamparada.
¿Dónde hallará morada en que se puede abrigar
- "si no iba a buen lugar"?
Facta est quasi vidua
domina gentium.
- ¿Quién canta lamentación
en noche tan sin dolores?
- Los cantores son, señores.
- Sepamos por cuál razón.
- Por la poca estimaçión
en que Música es tenida.
Esa fue nuestra venida
a esta conversaçión.
"¿Qué fue del papa León?
Los reyes y los señores
¿dó se fueron?
¿Qué fue de aquel galardón,
las merçedes que a cantores
se hizieron?"
Rey Fernando, mayorazgo
de toda nuestra esperanca,
¿Tus favores a dó están?
(Turutú, tuturutú).
¡Oh, duque del Infantazgo,
"que fuiste la mejor lança
que en Françia comía pan!"
"¡Qué marido perdí, mezquina,
qué marido y qué afanador!"
"Arcobispo de Toledo,
óigovos y non vos veo!"
El de Fonseca sería,
que en música se perdía
por tomalla y dexalla.
"Agora que la quería,
se murió en esta batalla."
(Turutú, tuturutú).
El duque de Calabria es
con quien no ha habido revés:
es su amiga muy amada,
"Viuda enamorada,
gentil amigo tenéis;
¡por Dios, no le maltratéis!"
Pues alguno la burló
con palabras que le dio
y promesas de fruslera,
"que no diré yo quien es
ni quien era,
que no diré yo quien es
ni quien no."
"De iglesia en iglesia
me quiero yo andar
por no mal maridar."
Ante el juez singular
del cabildo de Valencia,
adonde por excelencia
lo siente,
yo la Música presente,
doy querella criminal.
Y del vulgo en general
me querello,
porque tiende más el cuello
al tin-tin de guitarilla
que a lo que es por maravilla
delicado.
Y el dicho vulgo ha inventado
nueva música de morteros,
perdidos por majaderos:
"¡Toca, toca, toca,
con el pie se toca
la toca,
la Juana matroca!"
(Frequelé, frequelé).
¡Bueno a fe!
¡Ande!, que yo cantaré
un cantar sin disparate,
que solamente trate
del Infante desead,
del sacro Verbo encarnado,
Dios y hombre verdadero.
"Nunca fuera caballero
a tierras tan bien venido."
(Frequelé, frequelé).
Asomó per este exido
hecho pastor el Mexía,
y Humanidad le dezía,
viéndose de fuercas flacas:
"Guárdame las vacas,
carillo, y besarte he."
Custodi nos, domine,
ut pupillam oculi!
Sub umbra alarum tuarum
protege nos!
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